El proyecto respeta al máximo lo existente (1544) y trata de hacer una recuperación del espacio y adecuación a sala de exposiciones de bajo coste.
Todo ello es un ejercicio de arquitectura donde se conjuga el respeto a los existente, la coherencia de los sistemas constructivos tradicionales y la fidelidad al propio tiempo, entendiendo que solo desde la contemporaneidad se puede actuar de forma autentica. Cuatro obras que atienden a las condiciones de sostenibilidad y creatividad que exige este siglo que ha de convivir con lo heredado, se reconozca o no su valor patrimonial. Reciclar la arquitectura es mucho más que restaurar o rehabilitar, es aceptar lo recibido y transformarlo sin renunciar a los valores esenciales de la arquitectura, sin renunciar a la luz y a la sombra, sin renunciar al silencio, sin renunciar a perseguir la difícil invisibilidad de la precisión.